[ Pobierz całość w formacie PDF ]
.-Señor, dije que todos los sistemas han recibidola alerta de su presencia.Parece que la entrada prin-cipal es la única entrada y salida del bloque de celdas.-Accionó los instrumentos y la visión de las panta-llas de lectura cercanas cambió constantemente-.El resto de la información sobre su sección está res-tringida.Alguien comenzó a llamar a la puerta cerrada dela oficina.Al principio con serenidad y luego, cuan-do no obtuvo respuesta desde el interior, con más in-sistencia.-¡Oh, no! -gimió Threepio.El humo en el pasillo de las celdas era tan intensoque Solo y Chewbacca tenían dificultades para apun-tar a sus blancos.Esto les convenía, ya que ahora lessuperaban notoriamente en número y el humo con-fundía a los imperiales con la misma pertinacia.De vez en cuando, uno de los soldados intentabaacercarse, pero lo único que conseguía era quedar ex-puesto al penetrar en la humareda.Bajo los disparosprecisos de los dos contrabandistas, se reunía rápida-mente con la masa creciente de figuras inmóviles enel suelo de la rampa.Los rayos de energía rebotaron frenéticamente portodo el bloque mientras Luke se acercaba a Solo.-No existe otra salida -gritó en medio del ru-gido ensordecedor del fuego sostenido.-Bien, nos están cercando.¿Qué hacemos ahora?-¡Vaya rescate! - se quejó detrás de ellos unavoz irritada.Ambos hombres giraron y vieron a laprincesa que, profundamente disgustada, los observa-ba con regia desaprobación-.¿No teníais un plan desalida al entrar?Solo señaló a Luke con la cabeza.-Éste es el cerebro, querida.Luke logró sonreír incómodo y se encogió de hom-bros, en gesto de impotencia.Giró para ayudar a de-volver los disparos, pero antes de que pudiera hacerlo,la princesa le arrebató la pistola de la mano.-¡Eh!Luke la miró con fijeza mientras ella avanzaba alo largo de la pared hasta localizar un pequeño empa-rrillado cercano.Apuntó con la pistola y disparó.Solo la observó con incredulidad.-¿Qué está haciendo?-Parece que está en mis manos salvar nuestrospellejos.¡Aviador, métete en ese vertedero de basura!Mientras los demás miraban boquiabiertos, Leia selanzó de pie por la abertura y desapareció.Chewbac-ca rugió amenazadoramente y Solo meneó lentamentela cabeza.-No, Chewie, no quiero que la destroces.Todavíano estoy seguro.O ha empezado a caerme bien, o yomismo la mataré.- El wookie intentó decir algo peroSolo le gritó -: ¡ Adelante, zoquete! No me importalo que huelas.¡ No hay tiempo para que te muestresmelindroso!Solo empujó al renuente wookie hacia el minúscu-lo boquete y contribuyó a acomodar la voluminosa for-ma.El coreliano le siguió en cuanto desapareció.Lukedisparó una última ráfaga, más con la esperanza delevantar humo como cobertura que de acertar en al-gún blanco, se deslizó por el vertedero y desapareció.Como no deseaban sufrir más pérdidas en un espa-cio tan limitado, los soldados perseguidores se detu-vieron momentáneamente para aguardar la llegada derefuerzos y de armas más pesadas.Además, habíanacorralado a la presa y, a pesar de su empeño, ningu-no deseaba morir inútilmente.La cámara donde Luke cayó estaba débilmente ilu-minada.Pero no necesitaba luz para distinguir su con-tenido.Olió la putrefacción antes de caer en ella.Sinningún adorno, salvo las luces ocultas, el depósito debasura estaba, como mínimo, lleno en su cuarta partede unas inmundicias babosas, la mayoría de las cua-les ya habían alcanzado un estado de descomposiciónque obligó a Luke a fruncir la nariz.Solo tropezaba en un costado del lugar, resbalabay se hundía hasta las rodillas en el suelo inseguro ensu intento por localizar una salida.Todo lo que en-contró fue una escotilla pequeña y gruesa de la quetiró y a la que empujó para tratar de abrir.La tapade la escotilla se negó a moverse.-El vertedero de basura fue una idea maravillosa- dijo irónicamente a la princesa y se secó el sudorde la frente-.¡Qué aroma increíble acaba de descu-brir! Por desgracia, no podemos salir de aquí cabal-gando en un olor arrastrado por el aire, ni parece exis-tir otra salida.A menos que logre abrir esta escotilla.Retrocedió, esgrimió la pistola y disparó contra latapa.La cerradura saltó volando a través del cuartomientras todos intentaban protegerse en la basura.Una última mirada y la cerradura estalló prácticamen-te encima de ellos.Leia, que a cada instante que pasaba se mostrabamenos majestuosa, fue la primera en abandonar elacre escondite.-Aparte esa arma - dijo severamente a Solo - onos matará a todos.-Como su Alteza mande - murmuró Solo sarcás-ticamente servil.No hizo ademán de guardar el armamientras echaba una mirada hacia el vertedero abiertoen lo alto -.No tardarán mucho en averiguar qué nosocurrió.Teníamos las cosas bastante bien controla-das.hasta que usted nos condujo a este lugar.-Seguro -replicó Leia mientras se quitaba ba-sura del cabello y los hombros -.Oh, bueno, podríaser peor.A modo de respuesta, un gemido penetrante y ho-rrible recorrió el cuarto.Parecía provenir de algúnpun-to existente debajo de ellos.Chewbacca lanzó un ala-rido aterrorizado e intentó aplastarse contra la pared.Luke preparó la pistola y observó atentamente variosmontículos de basura, pero no vio nada.-¿Qué ocurre? -preguntó Solo.-No estoy seguro.-Luke saltó súbitamente ymiró debajo y detrás -.Creo que algo acaba de pasara mi lado.Cuidado.Luke desapareció con súbita rapidez en la basura.-¡Ha cogido a Luke¡ -gritó la princesa-.¡Losumergió!Solo miró frenéticamente a su alrededor en buscade algo contra lo cual disparar.Luke resurgió con la misma rapidez con que se ha-bía desvanecido.al igual que una parte de otra cosa.Un grueso tentáculo blancuzco se enroscaba apretada-mente en su garganta.-¡Dispárale! ¡Mátalo! -gritó Luke.-¡Que le dispare! Ni siquiera lo distingo.-pro-testó Solo.Luke fue absorbido una vez más por aquello a loque estaba unido ese horroroso apéndice.Solo obser-vó desalentado la superficie multicolor.Se oyó un lejano retumbar de maquinaria pesaday dos paredes paralelas de la cámara avanzaron varioscentímetros hacia adentro.El estruendo cesó y volvióa reinar el silencio.Luke apareció inesperadamentecerca de Solo, escarbó para salir del sofocante enredoy se frotó el verdugón del cuello.-¿Qué ocurrió con eso? -preguntó Leia mientrasmiraba cautelosamente la basura inmóvil.Luke parecía auténticamente desconcertado.-No lo sé.Me tenía.y después quedé libre.Mesoltó y desapareció.Tal vez mi olor no le parecía lobastante penetrante.-Todo esto me parece muy sospechoso - murmu-ró Solo.El estruendo lejano volvió a llenar el lugar; las pa-redes iniciaron nuevamente su marcha hacia adentro.Pero esta vez ni el sonido ni el movimiento mostrabanindicios de detenerse.-¡No sigáis mirándoos con la boca abierta! - lesapremió la princesa-.Preparaos para resistir conalgo.Ni siquiera con los postes gruesos y las vigas me-tálicas que Chewbacca logró llevar pudieron reducirel avance de las paredes.Parecía que cuanto más re-sistente era el objeto que colocaban contra las pare-des, mayor era la facilidad con que quedaba anulado.Luke extrajo el enlace de comunicaciones y simul-táneamente intentó hablar y sugestionar a las paredespara que retrocedieran.-¡Threepio.ven, Threepio! -Hizo una pausacoherente en la que no obtuvo respuesta, por lo cualmiró preocupado a sus compañeros -.No sé por quéno responde -volvió a intentarlo-: See Threepio,ven.¿Estás captando?-See Threepio - siguió llamando la voz apaga-da-, ven, See Threepio
[ Pobierz całość w formacie PDF ]