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.El conocimiento arcano que los Rydberg guardaban comodragones debía ser alguna trivialidad histórica ya irrelevante, si llegaba a eso; algo a lapar con los diarios no publicados de un ancestro.Lilisaire, tras una búsqueda intensiva, había encontrado indicaciones de un misterio enel espacio profundo.Pensaba que el objeto de ese misterio pudiese, una escasaposibilidad, darle poder para bloquear el Hábitat, o incluso liberar a Selene de laFederación.Evidentemente, no serviría para nada de eso.La amenaza era mucho mayor.Pero los datos que habían sobrevivido estaban bien protegidos.Ni siquiera a Venator lehabían dado un código de acceso hasta que el cibercosmos hubo concluido que lasactividades de Lilisaire eran lo suficientemente amenazadoras como para que fuesenecesario que él tuviese acceso a los datos.¿Cómo podrían dos aficionados saber dóndemirar, y menos aún romper el código?No, por sí mismos no eran importantes.Eran pistas hacia Lilisaire y su red secreta.lainteligente y peligrosa Lilisaire.(¿Asesinato? Difícil, quizá imposible, desastroso si el intento fracasaba.Además,podría dejar algo tras ella y otros seguirían con la tarea.¿Arresto? ¿Con qué cargos yrepercusiones? Había que esperar un poco.Seguir con el juego.Era agradable tener unoponente que representase un verdadero desafío.)Sin embargo, al tratarse de pistas andantes, había que capturar a Kenmuir y Norton.Yhabía cabos sueltos en otros lugares, seguridades a asegurar.Para esa tarea, lascomunicaciones de la zona en la que se encontraba eran ridículamente inadecuadas.Debía volver a la Central.A la unidad.Al conocimiento que le arrebataba como el amor.El cerebro razonador siguió trabajando.Era vital recuperar el control de losacontecimientos, antes de perderlo definitivamente, antes de que una crisis llevase a otracrisis como en el lejano pasado.16 - La madre de la LunaLa sala en Port Bowen era excesivamente grande para dos personas, pero DagnyBeynac apreció la cortesía de encontrarse allí en lugar de hacerlo en una oficina.Suavizaba un poco el hecho de que la hubiesen convocado.Como lo hacía también todoaquel espacio, lo grande que era la alfombra.A un lado había una mesa de conferencias,con una consola para datos y comunicaciones en la pared adyacente.De las varias sillaslibres, en las dos que estaban siendo usadas una mesita lateral sostenía una taza y unatetera.El gobernador general de la Autoridad Lunar también le había dado a la cámara untoque personal.Una enorme pantalla mostraba una escena grabada, casas sobre altasmontañas verdes, con el Chiangjing fluyendo majestuosamente.En la pared opuestacolgaba un pergamino.La imagen en blanco y negro era la de un anciano vestido con unatoga, sentado, probablemente un sabio.¿La caligrafía representaba un poema?El asistente que trajo el té se inclinó y se retiró.Era joven, muy bien preparado, y laropa civil parecía un uniforme.Dagny sospechaba que pertenecía al servicio secreto.Lapuerta se cerró a su espalda.Durante un momento sólo escuchó el silencio. Por favor, siéntese dijo Zhao Haifeng.Hablaba un inglés fluido, con un acentoentrecortado y voz aguda.Era alto, demacrado, tenía el pelo blanco y vestía conausteridad.¿Le molesta el tabaco? No, adelante contestó Dagny.Se resistía a manifestar la esperanza de que suvacunación anticáncer estuviese al día.Si Selene debía tener un procónsul, podría seralguien peor que su antiguo profesor de sociodinámica.O eso suponía.Ese día podríacambiar de opinión.Se sentaron.Zhao sacó un cigarrillo, lo tocó con el encendedor,inhaló y expulsó el humo por la nariz.Dagny se preguntó si Zhao se encontraba tan tensocomo ella.Le llegó un ligero olor acre.Los sensores de ventilación se percataron ylanzaron una ligera brisa. Ha sido muy amable viniendo en persona dijo Zhao.Sé lo ocupada que está. La petición de Su Excelencia.fue algo apremiante contestó Dagny. Dejando a un lado la seguridad de las líneas de comunicación le explicó elgobernador , soy tan arcaico como para considerar a una imagen holográfica un pobresustituto de la presencia física cuando hay que discutir cuestiones de gran importancia.Además, pensó Dagny, que ella fuese a él era un símbolo, un acto de sumisión.¿Esperaba que ella se aplacara, aunque fuese ligeramente? Cuando llamó a AnsonGuthrie para comentarle la petición, el boss sonrió. El cordero pide al lobo que le visite dijo.Pero eso no fue más que una chanza.Tras la fachada confuciana no se encontrabauna oveja. ¿Podemos hacer tal cosa? preguntó ella.Comprenderá que ya no ocuponinguna posición oficial.Zhao levantó una mano. Por favor, madame Beynac.Estamos en privado.Sabe muy bien que, en algunosaspectos, tiene usted más poder en Selene que yo.Que hable. ¿Cómo es eso? Fui la delegada de la Región Tycho en el Comité de Coordinación.Eso es todo. Se la eligió como presidenta de ese comité. Zhao inclinó la cabeza.Lo que depor sí ya era un honor. Chupó el cigarrillo.Dejemos a un lado la charada pública.Eltiempo tiene tanto valor para usted como para mí.El Comité vive en los corazones de loscolonos.Es lo que cuidó de ellos durante los años de anarquía.La mayoría de suantiguos miembros tienen estrechas relaciones con Fireball Enterprises, que se haconvertido en enfermizamente dominante en el espacio. Dagny se encabritó, pero lodejó pasar.La Autoridad Lunar es nueva, no es bien recibida por todos, y se la percibecomo irrelevante para sus verdaderas preocupaciones, o como una carga.Mi deber esmejorar esa situación. Su Excelencia es muy sincero murmuró Dagny sorprendida a pesar de sí misma.Zhao sonrió. Entre nous, madame.Desde que había oído su petición, había preparado sus ideas y sus palabras todo lobien que pudo. Pero ¿puedo decir que exagera? El Comité nunca fue nada más que un sistema adhoc, formado porque no sufríamos sino una emergencia tras otra y alguien tenía quetomar el mando
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